








_**No es el QUÉ, es el CÓMO**_
*Las líneas se hicieron para trazarse y la boca para comunicarlas*
Cuando se trata de reflejar la intimidad, el acto -la acción que lleves acabo contigo mismo u otra(s) persona(s)- pasa a un segundo plano cuando esta está destinada a ser vista, o admirada según el caso, por terceros.
No debería existir, entre adultos, vergüenza alguna al mostrar aquello que más disfrutas hacer con un compañero con el que tienes química y te dejas llevar una mañana, una tarde o una noche. Por más casuales e irrepetibles que sean estos ricos encuentros no deberían ser vetados porque, sobre todo en nuestra comunidad 🏳️🌈, lo que se vive sea considerado “vulgar” a los ojos hipócritas de muchos que juegan y disfrutan de lo mismo a escondidas.
La solución a este tema para mis ojos, para mi arte y para mi exploración constante está en el cómo registro y posteriormente proyecto lo que me gusta. Porque sí es verdad que me encanta consumir P 0 R N 0, cuando se trata de mí estoy consciente de que no voy a sentir verdadero placer en lo que hago si tengo que fingirlo, forzarlo o hacerlo ver “casero” para el entendimiento de las mentes más básicas.
En esta historia breve quise reflejar _**El ciclo del deseo**_ el constante estar dentro y fuera, la flacidez envuelta en un abrazo y las ganas empujadas por una palpitante erección hasta extinguirse.
Más allá de lograr comprenderla, lo que me interesa es que ,si la ves, la vivas dejando que tu cuerpo responda a ella. Cediendo ante el estímulo que el goce genera. Para que cuando vuelvas a pensar en ella salives como el perro al escuchar la campana.
Sí, nosotros también como animales, podemos ser domésticos. La pregunta es ¿cuál eres tú? 🐶🐱🦁🐍🐵🐺🦦🐷🐻